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Microfinanzas en el Perú: Un barco saliendo de un mar de incertidumbres

  • Juan Carlos Miraya
  • 15 dic 2016
  • 4 Min. de lectura

Según el Microscopio Global de Inclusión Financiera publicado por la revista The Economist [1] a través de su unidad de análisis, el Perú ocupa el primer lugar (por octavo año consecutivo) como el país con el mejor ambiente para el desarrollo de las microfinanzas; sin embargo a diferencia de años anteriores comparte la primera plaza con Colombia que ha fortalecido ciertos ámbitos. En ese sentido, la creación de la Comisión Intersectorial de Inclusión Financiera a finales de 2015 ha demostrado un firme compromiso de parte del Gobierno por articular la inclusión financiera en el país del norte.

En el Perú el lanzamiento del Bim (monedero electrónico) en febrero de 2016 implicó un avance muy importante en línea con incrementar la inclusión financiera. La idea de realizar transacciones vía celular no es nueva; sin embargo, en el Perú dada la baja penetración bancaria (39.87%)[2] y considerando la existencia de más de 30 millones de celulares el impacto teórico sería significativo. Todavía es poco el tiempo transcurrido para evaluar el impacto.


Pero a pesar de estas iniciativas y la posición de privilegio del país, el sector microfinanciero se encuentra muy agitado. Es claro que el cambio de tendencia del PBI a partir del 2012 complicó al sector. Las instituciones microfinancieras (IMFs) exhibían elevados niveles de rentabilidad, y vieron afectados sus intereses cuando la banca múltiple empezó a participar cada vez más en dicho sector, lo que generó presiones al sobreendeudamiento, que junto al cambio de tendencia del ciclo económico empezó a impactar en los ratios de morosidad generando problemas en este subsistema. De esta manera, a inicios de 2014 se anunció la venta de Mibanco (Grupo ACP) a Financiera Edyficar (Grupo Credicorp), en abril del mismo año Financiera Nueva Visión fue adquirida por Diviso Grupo Financiero, mientras que Caja Rural Pisco fue intervenida por la superintendencia de Banca y Seguros (SBS) debido a problemas de capitalización y posteriormente adquirida por Financiera TFC.


En los últimos años los niveles de morosidad han crecido sostenidamente en promedio, aunque a raíz de la consolidación de las IMFs este indicador ha caído. Por ejemplo el segmento CRACs que llego a niveles de 12.59% al 2014 y 9.24% exhibe una mejora a oct2016 (6.04%) pero esto se debe a la salida de CRAC Señor de Luren, Libertadores de Ayacucho (de menores rendimientos) y a la consolidación de Credinka y Cajamarca como una sola Financiera y no por mejoras en la gestión del segmento. Mibanco también mejoró su indicador por el sinceramiento de cartera dada su incorporación al Grupo Credicorp (2014). Esta situación continuó durante el 2015, en junio la SBS intervino la CRAC de Luren (cuyos activos fueron adquiridos por la CMAC Arequipa), en setiembre, la CRAC Libertadores de Ayacucho fue absorbida por Financiera TFC. Ya en el 2016 (febrero) el Grupo Diviso adquirió la mayoría accionarial de CRAC Cajamarca para fusionarla con Financiera Credinka. En junio la SBS autorizó la fusión por absorción de Edpyme Raíz por parte de CRAC Credichavin. Todos estos cambios han tenido un denominador común: la fragilidad del sector debido a indicadores de gestión magros (morosidad creciente, ratios patrimoniales debilitados y sobre todo niveles de rentabilidad inferiores).

Estos últimos cambios han impreso una dinámica a nivel local; ergo private equities (fondos privados de inversión) internacionales han seguido con atención el desempeño del segmento microfinanciero durante los últimos años. De esta manera en junio de 2016 Creation Investment Andes (gestor de fondos americanos) adquirió el 75.3% de CRAC de Los Andes que es una de las CRACs de mejor desempeño en los últimos cinco años. En el mes de agosto Kandeo Investments Advisors (fondo de inversión colombiano) adquirió el 50% de EDPYME Acceso Crediticio, IMF dedicada a la colocación de créditos vinculados con vehículos de trabajo, especialmente taxis. En ese mismo mes el fondo danés Maj Invest adquirió el 10% del Grupo Diviso en donde ya tenía una participación del 10% desde el 2013.

Es evidente que el cambio de Gobierno, los fundamentos sólidos de la economía peruana y el cambio en la tendencia del crecimiento económico deberían mantenerse de cara al bicentenario lo que coincidiría con las tesis de inversión de estos fondos (de entre 5 a 7 años). Respecto a la rentabilidad, se aprecia una tendencia general ha sido a la baja, con una recuperación en el segmento Financieras y en particular de Mibanco, sin embargo el segmento de las CRACs y EDPYMES (los de menor tamaño) muestran una continua caída, y estos son los más dinámicos en fusiones y adquisiciones. Sin embargo, dada dicha actividad el segmento CRACs ha exhibido una mejora (desaparición de las menos eficientes). ¿Por qué consolidar?, porque se mejoran tangiblemente las economías de escala (producción de créditos), la optimización de costos (menos personal, homologación de sistemas de gestión, canibalización de agencias, entre otros).


¿Qué podemos esperar? Bueno, considerando el evidente deterioro de las empresas más pequeñas, lo más seguro es que el proceso continúe en una clara muestra de las leyes del libre mercado, donde las empresas con mejores indicadores sobreviven. CRACs como Sipan, Prymera o Incasur han mostrado indicadores de rentabilidad negativos en los últimos 5 años, Caja Centro por su parte tiene poco tiempo de operación y es probable que todavía no encuentre su punto de equilibrio. En ese sentido no debería sorprender consolidaciones, fusiones o adquisiciones que involucren a estas entidades tal y como se dio con Chavin, Libertadores. Otro tema que no podemos obviar es el incremento leve pero sostenido de la morosidad en el segmento de las financieras. Esto tiene que ver con que algunas financieras como Credinka y TFC han absorbido a entidades del segmento CRAC con lo que sus balances (cartera atrasada) se han visto perjudicados.


[1] Fecha de Publicación: octubre 2016. Link del documento: http://mifftp.iadb.org/website/publications/fbec31e3-97e6-45f8-a827-176366ea5d37.pdf


[2] Medido como créditos totales como porcentaje del PBI



Juan Carlos Miraya A.

Especialista en Riesgos Financieros

 
 
 

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